martes, 15 de septiembre de 2009

FAUSTO: UNA VIDA EN SOLEDAD

“En medio de la soledad te encontré y me vasto verte a los ojos para sentir tu profundo dolor”

Eran las seis de la mañana y me levante lo más presurosa para ir al colegio o mejor dicho al paseo al campo que mi profesor estaba organizando para conocer un poco mas de la importancia de la naturaleza; así pasaron las horas y llegamos al lugar del destino, cuando baje del carro sentí una inmensa paz profunda al ver el hermoso paisaje lejos de la contaminación de Lima –algo raro de ver en estos días porque el lugar estaba lejos de la contaminación pero tan cerquita o dentro de esta Lima olvidada.


Luego de tanta y tanta explicación-da lo mismo si siempre lo repiten igual-acabo el paseo; pero de pronto atrás de un árbol observé a un perro que se refugiaba de lo triste que es su destino-que salía a la vista al ver s apariencia enclenque- y sin darme cuenta lo tenia entre mis brazos y dentro del autobús, después de unos minutos recién reaccione y me puse a pensar si era lo correcto ….¿aceptaran que tenga un perro en casa ?.....encima un perro de apariencia enfermiza; pero las cosas estaban hechas y ahora a seguir adelante, no lo iba a dejar de nuevo solo -eso no , nadie se merece estar solo y encima en esas condiciones tan lastimosas-

Llegue a casa con la incertidumbre de que lo aceptaran o de que me ganara una tremenda reprimenda por lo que había hecho… ¡si lo van aceptar!... ¡claro que sí!...me lo repetía varias veces para mi misma como dándome auto ánimo o fuerzas para realizar un marketing de aceptación de mi perro-así es de mi perro y mi mejor amigo desde ahora-

 
Mi familia se sorprendió al verlo –quizás por esa apariencia débil y solitaria- y mas cuando les pedí que lo aceptaran desde ahora como parte de nosotros ; pero lo bueno es que lo acogieron, quizás ellos también vieron lo que yo vi en sus ojos-esos ojos melancólicos-. Así pasaron los días, las semanas y nos dimos cuenta que el nuevo integrante que se aferraba a esa soledad que le había acompañado toda su vida no tenia nombre; pero según yo todos debemos tener un nombre hasta un árbol- como ha cambiado mi forma de pensar desde mi infancia-, así que comencé la búsqueda de su nombre. Un día cuando pasaba por la calles camino a mi colegio observe al señor que atendía el Café-Internet, al señor Fausto y me quede sorprendida al darme cuenta el extremo parecido con mi nuevo amigo, los dos tenían una apariencia débil como si en cualquier momento por un mínimo golpe podrían morir –creo que hasta un aire fuerte les podría matar jaja-; pero sobre todo se parecían en esa mirada taciturna y en toda una vida solitaria que le acompañaba al señor del café- Internet y a mi nuevo amigo, desde aquel día entonces mi nuevo amigo compartía con el señor del café –Internet el nombre , algo que les hacia estar un poco menos solitario o aunque a veces pienso que no porque hasta el nombre lo tenían de solitario , el nombre de aquel personaje lúgubre que vivía envuelto solo entre libros y sin conocer el amor –quizás Goethe también lo creo en medio de su soledad , entonces ellos compartían su soledad-

El señor Fausto era un hombre meditabundo, todo lo que tenia era su empleo y su auto viejo que seguro también su nombre era Fausto-lo digo por lo de la apariencia-; he oído hablar que alguna vez el señor Fausto tuvo su familia y que lo abandonaron cuando su negocio se fue a la bancarrota -quizás por eso confía mas en su soledad- al igual como lo abandonaron a mi nuevo amigo; pero desde entonces don Fausto trabaja atendiendo el café-Internet en medio de tanto bullicio , bullicio que le ayuda a no hacer caso a sus pensamientos mortíferos porque todos han escucha alguna vez decir a don Fausto : ¡Yo solo estoy esperando que la muerte venga por mí! ; y mi nuevo amigo encontró en nosotros un nuevo hogar , aunque a veces siento que tiene miedo a que hagamos lo que una ver hicieron otros con él, dejarlo solo-eso nunca voy hacer yo-

Pasaron los años y Don Fausto creo cada vez buscaba más y más encontrarse con la muerte; pero aquella tarde unieron su soledad en mi llanto interminable…don Fausto, mi nuevo amigo y su carro. Don Fausto iba acelerando cada vez más su carro-producto de muchos litros de alcohol- y su carro que a duras penas podría aguantar la resistencia del aire a tanta velocidad; pero de pronto todo se detuvo el carro, Don fausto y mi buen amigo; sin darme cuenta él-mi buen amigo-se encontraba tirado en medio de la pista, Don Fausto y su carro después del choque – también por la velocidad con que iban- dieron a parar en un poste de luz. Don fausto encontró lo que tanto la buscaba, la muerte…su carro detenerse de tanta velocidad; pero hasta ahora no entiendo qué buscaba mi buen amigo en todo eso, quizás compartir hasta el final lo único que les unía, la soledad-también el nombre-

Hasta ahora no entiendo lo que pasó aquella tarde cuando vi partir a mi querido amigo de la infancia, solo sé que cada parte de mi ser se llenaba del dolor-de aquel dolor que te adormece hasta los huesos-.Me acuerdo que aquella tarde hacia calor como nunca o era una de esas tardes alegres-como lo solía llamar mi abuelita- que a todas las personas les llenaba de jolgorio; pero ese no era mi caso porque para mí fue una tarde triste-quizás la peor de todas-, con su partida cada parte de mí se iba con él –quizás toda mi infancia – y cada segundo que transcurría escuchaba como mi sangre hervía dentro de mis venas y mi corazón-mi triste corazón- me pedía que lo dejara ir con él, con mi buen amigo, pero de lo que estoy segura es que su destino de los tres estaban entrelazados en una día caluroso acompañados por unas botellas de cerveza y por un nombre que les unió hasta el final en su soledad, el nombre de Fausto.


FIN

No hay comentarios: